Por fin he encontrado una cafetería con un gran escaparate en San Sebastián. Después de ir a cubrir un acto, he decidido ir a tomar un café. Una vez avistado el sitio y tras pedir mis correspondientes consumiciones, he pensado. LLevaba dos meses sin pensar!!!!Es lo primero que me ha venido a la cabeza. Después, no sé por qué, he sentido satisfacción. Satisfacción por encontrarme en ese momento y en ese sitio, por detenerme en una vida excesivamente acelerada y, sobre todo, por pensar con tranquilidad. He jugado un rato a mirar a la gente y adivinar a qué se dedican, pero luego me he aburrido, y en medio de una conversación con una señora que se ha sentado a mi lado, me he puesto a pensar en mis cosas. Le pido perdón, se ha ido y la he ignorado.
Hoy he sido consciente de que este es mi tercer mes en San Sebastián, por tanto también en una redacción, que es para lo que estoy aquí. No sé qué he hecho durante estos dos meses anteriores, bueno sí, trabajar, fiestas, amigos, trabajar, pasar el rato y descansar muy poco.
Después me he dirigido a una pequeña feria de libros. Ni siquiera lo he pensado, simplemente me he dirigido hacia allí. Siempre he leído mucho, pero este verano no me he cultivado, no sé tampoco por qué, falta de motivación, falta de tiempo o tal vez, mi cabeza se encontraba en otros asuntos. Así que una vez allí me he dejado guiar en busca de un libro que reflejase el momento actual en el que me encuentro. Al final, he comprado uno que se titula "esperanzas juveniles". Esperanza debemos tener los jóvenes, se me ha ocurrido, viendo el panorama que se nos presenta. Y he empezado a obsesionarme.
Últimamente pienso en que el ser humano es una masa de carne que vive de símbolos. El libro que con ese título tan específico es un símbolo: de frustración, de incertidumbre y de impotencia. El otro día vi una película, de estas de Antena 3, pura basura supongo para un crítico cineasta, pero a mi me gustan, y una mujer se postró ante un armario en el que tenía guardado una virgen para rezarle por su hija violada. Otro símbolo, y pensé, ¿qué haces mujer que rezas a una pared?. Hace un mes aproximadamente, cuando estaba en un autobús, frente a mí, se sentaron una pareja (un hombre negro y una chica blanca), se dieron la mano y sin que ellos lo supieran, produjeron una imagen preciosa, que se ha quedado grabada en mi memoria. Para mí fue otro símbolo: la alianza entre civilizaciones y la paz en la humanidad.
Símbolos, símbolos y símbolos.
Hoy he disfrutado, en parte me he sentido como en Alemania, me he echado a la calle y he pensado en mí. Llevo dos meses pensando en un maldito papel, en unas malditas prácticas que ocupan las tres cuartas partes de mi vida y no es que no me gusten, porque estoy encantada. Es el fondo lo que me molesta. Me puse enferma y dije, no puedo estar enferma, tengo que ir a trabajar. No puedo no faltar en septiembre, tengo que rellenar mi currículum. No puedo tomarme un año sabático, viajar e irme a comuna, desconecto demasiado y no es bueno para mí. Para mí, ¿para quién? pregunto yo, para la Josune profesional o la personal. Estilos de vida que quiero evitar y en el que inevitablemente me encuentro, por lo menos hasta el 30 de septiembre. A partir de ahí, todo se verá.
tomaya!
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