¿Por qué insistimos en convertir los deseos en imposibles cuando existe voluntad de disfrutarlos?
Pensé en la respuesta cuando me encontraba en el coche desde Galicia a Euskadi. No lo sé. Un regreso marcado por sucesivas conversaciones que mantuvimos Javilo, M.Rosa y yo, a una velocidad notoriamente inferior en comparación a cuando nos dirigiamos hacia allí. ¡No queríamos volver! Estábamos tristes. Aún, después de tantos años, volvió aquella nostalgia por alejarnos las unas de las otras, por abandonar a parte de nuestras familias y, sobre todo, a un pueblo que nos ha visto crecer. ¿Nos ocurrirá cuando seamos mayores, tengamos maridos y esas cosas? El 15M, carácter picaresco del español, las infraestructuras ferroviarias de Galicia, comparaciones España-Alemania, aspiraciones futuras, medio bohemiadas por aquí e ilusiones por allá.
Y como siempre, la misma pregunta; ¿por qué no nos trasladamos a Allariz? M.Rosa respondió que ella podría trabajar en el proyecto de arquitectura desde allí, yo respondí que parte de mi novela se ambienta allí y que, dado que rescato a dos personajes que pertenecen a Allariz, sería una buena idea hacerlo. A uno se lo comuniqué y se asustó un poco, pobrecito, al otro no puedo, ya no existe. Javilo, la verdad, es que no sé qué respondió. Lo único que sé es que es muy escéptico y que yo, en comparación suya, soy excesivamente optimista con la humanidad. Sonreí cuando recordé aquel aislamiento que a todas nos hubiese gustado sentir: cerradas las puertas imaginarias de Allariz con alaricanos y visitantes veraniegos. Aislamiento que también traslado a mi novela aunque aplicado a la sociedad vasca.
Recordé entonces cómo cuando éramos adolescentes, pasábamos aquellos veranos en el pueblo. Un sitio precioso, atravesado por un río que nos acoge en tiempos calurosos, abrigado por árboles enormes que dan vida a esas piedras del castillo colocadas a modo de baldosas. Aun el otro día, a mis 25 años, jugué a no pisar las extremidades de aquellas gigantescas piedras, y de hecho, cuando estaba en ello, le comuniqué a Gemma que escribiría un artículo a mi vuelta. Y bueno, aquí estoy.
Graffiti situado al lado del Arnoia. J.M |
De chicas de azul a viejas verdes. Ése ha sido uno de los lemas. Por supuesto, 'faceboi, faceboi' que aún tarateo en mi cabeza por todas las veces que hemos podido cantarlo. Siete torbellinos, cada una producida por su propio molde, extañamente compatibles entre sí, sentadas en una de las terrazas de la plaza principal observando desde las alturas a un pobre animalillo que apenas compendría por qué la gente gritaba a su alrededor.
Bebida típica galega :) J.M |
Una terraza que nos ha abrasado, sobre la que hemos discutido de filosofía política, del 15M, de chicos, de licor café maldito al día siguiente, de repertorios musicales que siempre comienzan con los voceos de Lauri,por propia petición a causa de una canción que creía era muy bonita, "fuera de mí... fue, fue", de risas, de variaciones en las letras de las músicas, de masajes (también por petición mía) gracias a la amabilidad de una fisioterapeuta que siempre me ofrece muchísima paciencia, por esas cañas, esa rave, esas orquestras, princesas que al día siguiente sufrieron en carnes el declive de una noche estelar, por el cansancio acumulado, por el miedo a que el Boi nos pillara, por todos nuestros amigos, por viejos huracanes, amores pasajeros, gente alaricana, por nosotras, por las llamadas de amor a la 13.00 del mediodía, por esas camisetas grupales. Y es que ayer ya lo decía yo, ¡qué grupo tan bonito hacemos!
Reflexionando digitalmente digo una cosa....
ResponderEliminarPara mi ese pueblo es como dice la cancion "Donde se creó Ia primera luz, germinó la semilla del cielo azul, volveré a ese lugar donde nací ", ya que es un sitio donde siempre puedes acudir, donde encontrarte, donde te conocí... Y ya hace tiempo que las puertas se quedaron cerradas, en un trato que hicimos, amiga mia....¿lo recuerdas?
Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo.
Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
:)
¿Por qué insistimos en convertir los deseos en imposibles cuando existe voluntad de disfrutarlos?
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.El deso es una fuerza motriz...dale gas!
por cierto,me gusta el cambio de look que le has dado a tu blog...el fondo es chachiguay!
ResponderEliminarCuantifica estos versos , ponlos en la balanza...saborea, anda por el camino largo la vieja usanza…
ResponderEliminarAsí se disfruta el paisaje, se olvidan las desdichas amarillas y de sabor amargo.
Nuestras palabras, se cuecen a fuego lento…Nuestras intenciones servidas a plato lleno.
Para los pocos atentos, despistados, hablamos de diálogos cálidos, infusiones de Cardamomo un tu me llamas y yo me asomo, pequeñas maravillas…abre el pecho, deja que entren en tu viña.