Opinión / Pensamiento Divergente / Mundo Bohemio y la Libertad de los Mapas

28 de julio de 2011

"El cerro de los instantes penitenciarios"

Ha dejado de llover en el País Vasco, después de 20 días seguidos en julio, y el cartero me ha despertado con un gran sobre para mí. Mi editora, Pilar Tejero, acaba de enviarme el primer ejemplar del libro en el que se incluye mi relato premiado, que se llama, como el título de este post indica, "El cerro de los instantes penitenciarios" (tercer premio nacional).

El libro es muy bonito, pequeño y con una tapa de plastiquillo, de esas que se arrugan si lo llevas en el bolso. Se titula "III Concurso Nacional Relatos de Mujeres Viajeras 2011". Os animo a comprarlo, contiene los tres relatos premiados, un accesit y cuarenta y cinco textos de las finalistas, que seguro, son todos geniales. 

El nombre "El cerro de los instantes penitenciarios" proviene del cerro de Potosí, una ciudad boliviana que por las fachadas de las casas y el estilo de las aceras, me recordó a Euskadi, que es donde nací. Lo de "instantes penitenciarios" proviene de un shock que sufrí tras una visita a Palmasola, prisión situada en la periferia de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), ciudad a la que me trasladé durante dos meses para comprobar qué ocurría en el mundo y saber de cerca qué significaba en realidad el término 'pobreza'. Anteriormente a mi viaje a Bolivia, estudiando en la Universidad Carlos III de Madrid, entré varias veces en la prisión de Navalcarnero, una de las visitas fue exclusivamente para realizar un reportaje sobre la situación de la sanidad de los presos.

Siempre he sentido un gran interés respecto de la situación penitenciaria de las personas. Creo que es un reflejo fiel de la democracia o sistema estatal que lo protege. Hasta qué punto conociendo las condiciones de vida dentro de las prisiones puede diagnosticarse la salud del Estado que las ampara. Esa curiosidad fue la que me empujó a entrar en Palmasola. 

La situación que vi dentro del penal boliviano me sobrepasó...Consiguió romperme por dentro, volverme muda, tuve miedo de hablar y escribir, fue tan asqueroso... aquella indefensión brutal de los derechos humanos me produjo naúseas emocionales. Un sitio donde la vida y la justicia no valen; solo el poder, el dinero y la corrupción son defendibles. Un sitio que apesta a injusticia, vergüenza humanitaria y corrupción.

Un cúmulo de sensaciones e inquietudes para expresar en un relato. Cumplir la promesa que le hice a un preso que entrevisté dentro, según él, inocente, de que contaría cuáles eran las condiciones de vida del penal. Estoy tranquila. Sin duda, la mayor satisfacción ha sido conseguir que la historia llegara al lector y  el mensaje que lancé fuese escuchado por las personas que conformaron el jurado.

Pilar Tejera, editora de Mujeres Viajeras, me llamó para felicitarme. Yo estaba en la biblioteca, preparando un artículo de colaboración para una revista que debía de entregar ya. Soy una disociada del tiempo. Le pregunté tres veces si efectivamente había ganado el concurso, yo simplemente me presenté para sentir el alivio de traspasar ese silencio postpenitenciario de mi interior al soporte papel. Ni siquiera me planteé la posibilidad de ganar, menos aún de que me felicitaran por la capacidad de transmitir esa fuerza, por haber escrito un relato sobrecogedor y por ser verídico, pues me preguntaban si era ficción, y yo algo aturdida, pues mi mente jamás daría para crear semejante caos humanitario, a pesar de que escriba una novela.

Después llegó el acto de presentación en Madrid, el premio y el titulillo. Las entrevistas de los medios de comunicación... extraño que se te pregunte cuando eres tú la que acostumbras a preguntar. He de reconocer que fue divertido, en especial, gratificante hablar tranquilamente de Palmasola.

Me hubiese gustado agradecer públicamente a todas las personas que me ayudaron tanto en mi viaje a Bolivia como después, en especial, a las que me animaron a presentarme a un concurso que ha hecho posible dar a conocer una historia que las personas merecen conocer.

A Laura Seoane, lectora incansable y correctora personal; critica para bien y para mal mis escritos. ¡Mil gracias! A mi familia, en especial, a mi madre, que intentó con mucho esfuerzo comprender el silencio que produce el término 'pobreza'. A Idoia y Tania, por aquel monólogo que tuvieron que soportar, cuando dos meses después de mi regreso de Bolivia, comencé a contar todo lo que había visto. A Adriana Domínguez, compañera del alma igual de soñadora que yo, que me apoya en todos mis proyectos, aunque impliquen locura. A Ana Santamaría, cuyo apoyo fue mutuo y necesario cuando nos encontrábamos en Latinoamérica, lágrimas contenidas, sonrisas a medio bostezar e ilusión por dejarnos la piel en una guardería que necesita toda clase de ayuda. Al preso al que conocí, desde Reflexiones Digitales mostrarle todos mis respetos por la humanidad que vi en él, por la protección que me dio dentro del penal y por contestar a todas mis preguntas, a pesar del entorno tan hostil en el que vivía.

Sobre todo, a ti, lector. Muchas gracias por continuar ahí. Sin ti, nada sería posible.



Os dejo aquí los enlaces de los medios de comunicación que me entrevistaron por si queréis saber más

Eitb , 
Guía de concursos
Programa "Roscas y cotufas"  
Onda cero


2 comentarios:

  1. Las gracias? Gracias a ti por informarnos de lo que sufre la gente fuera de nuestra burbuja de caprichos y dinero. Supongo que cada cual tiene sus problemas y cada uno les da la importancia que cree que merecen, pero después de esa tarde me he dado cuenta, que con todo lo que tenemos, casi todo lo que nos pase tiene solución. :D

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  2. Querida amiga, siempre al compás del color de tu mirada....
    Dice Julio Cortázar "Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba" y yo añado el cielo esta repleto de estrellas que iluminen tu camino....

    pd- con "te quiero" empezó nuestro itinerario.

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