Opinión / Pensamiento Divergente / Mundo Bohemio y la Libertad de los Mapas

4 de diciembre de 2011

Y se enamoró de...

¡Una página en blanco!

Es extraño, pero cierto.
NO  nos precipitemos. Empecemos por el principio.

Nació el día x del mes x del año también x, en un lugar de praderas boscosas y ríos magníficos. Un sitio verdaderamente bonito y con mucho encanto. Tuvo la típica infancia feliz. Lo pasaba bien pero también se aburría: escuela, amigos y violín. Algo de lectura.

Cierto día (x) le preguntó a su madre si podía comprarle una página en blanco. 

- ¿En blanco?- preguntó muy extrañada. 
- Sí- afirmó la hija- ¡quiero probar nuevas aventuras! 

Al día siguiente, la madre acudió a una tienda y encargó  un fajo de páginas en blanco. Una vez las tuvo, las colocó sobre la mesilla de la habitación de la niña, imaginando qué haría con ellas: garabatear, pintar o, tal vez, apuntar fragmentos de los libros que más le gustaban... 

Hacía mucho tiempo que la niña quería probar a construir frases, aunque no tuviesen un sentido aparente. Y así lo hizo, dando paso a muchas líneas que desembocarían en párrafos y,después, en muchas  páginas escritas. En aquel proceso de acumulación de palabras, verbos, prefijos y demás enseres gramaticales, sin apenas percibirlo, la escuchó. Pensó que podría tratarse del silencio de la página en blanco, nunca ansiosa porque alguien tuviese la bondad de completarla, puesto que desprendía aquella inusual serenidad, sinónimo de no necesitar a nadie para sentirse realizada. 

Comenzó con reseñas de libros para dar paso a diarios sobre las materias dadas en clase. Cada vez que lo hacía, escuchaba aquel susurro dulce y aterciopelado, tan exquisito y lleno de vida, que cuando ya no lo oía, se sentía triste y vacía, y volvía a aburrirse, por lo que decidió no desprenderse de él. Probó a traducir los pentagramas al mundo literario y la escuchó con tanta valentía que permaneció atónita durante (x) días.

Cuanto más escribía, más fuerte sonaba aquella voz. Pensó que podría provenir de la misma página en blanco; probó diferentes formatos para comprobar si, efectivamente, cambiaba la tonalidad de la voz. No funcionó. Y sentía tal necesidad de resolver ese misterio, que ensayó todo tipo de temáticas escritas, sin importarle el sitio que se tratara; la escuela, la universidad, los viajes, paseando por la calle viendo un chicle pegado en el suelo, alzando la vista y riéndose nerviosamente cuando los árboles a punto estaban de despegar por el agitado viento... Incluso cuando conoció un nuevo mundo, repleto de amigos y enemigos; nuevas formas de pensar y perspectivas dispares de vivir. 

En contra de todo pronóstico social, cuanto más mayor se hacía, más menguaba ella para darle paso a esa voz, que con los años (x) se convirtió en su gran compañera. A veces, se enfadaba porque tenía el descaro de mostrarse tal y como era, sin tener en cuenta lo que los demás pudieran decir. Otras veces, intentaba reprimir aquel grito lúcido que pretendía expresarle al mundo sus más infinitas potencialidades, sin que, extrañamente, tuviera miedo de que la reconocieran. 

Y ella, horrorizada por si alguien descubría en qué consistía su intimidad, mientras su gran compañera le mentía y la despistaba, asegurándole que aquello que escribía solo pretendía ser cifras monetarias, que resultaría en fama y gloria ante ojos vecinos. Ilusa de ella que no fue consciente que la que nace de la página en blanco y muere en cada una de las líneas que el lector deja atrás, en vez de rendirse y sucumbir al terror de su aliada, alza su voz y grita con fuerza su nombre para que puedan identificarla como...

... la ¡poeta nostálgica! / Gasteiz. J.M



Sonrían por favor, 
la vida es bella


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anímate y comenta qué te ha parecido el post