Minúsculas cosas que dicen mucho de las personas

Desde hace tiempo arrastro la costumbre de referirme a pequeños aspectos ajenos, que en mi opinión, representan en su conjunto cómo es una personas, con exclusión de determinados factores que la hacen única en este mundo, claro está. Con independencia de quién sea. Se trata de una simple valoración, pues al final y al cabo en eso consiste este blog. En realidad, es la suma de un conjunto de tonterías que se me ocurren cuando estudio para un próximo examen.

Recopilando todas esas referencias, tras una pausa en la que me he exigido pensar (incluso he llegado a realizar un pequeño esquema), me propongo enumerar esos pequeñitos detalles que conforman aspectos positivos o negativos de una persona, según mi opinión (aclaro). Sin ánimo de ofender a nadie, ahí van:

- Los zapatos. Yo siempre me fijo en qué zapatos lleva una determinada persona (en la calle, en la tienda donde compro, el metro, en clase, la cafetería, el bar...). No es mi intención que la próxima vez que hable con alguien, se sienta incómodo pensando si estaré o no fijándome en sus pies. No es lo mismo llevar unos zapatos que estén de moda o pasados de tono. Si hace mucho que te los compraste y te cuesta desprenderte de ellos. Tampoco, si tienes el armario abarrotado o si te gustan de un solo color o, en cambio, disfrutas viendo cómo resaltan tus pies por el deslumbrar de esos maravillosos zapatos. Si te cuesta encontrar algunos que se ciñan a tus gustos o si llegado el verano, siempre compras la misma marca de sandalias (en referencia expresa a mi).

- La colonia o perfume. Soy de la opinión que cada cierre de época debe conllevar una determinada fragancia. Por eso mismo, dejarse guiar por esos luminosos pasillos de la perfumería, buscando el bote y el nombre adecuado, es indispensable. Por ejemplo: en una época en la que te sientas muy libre, podrías optar por comprarte la colonia "a mi aire". Si no cambias de colonia, dice mucho de ti.

- Llevar típex a los exámenes. Significa que eres perfeccionista, no te gusta entregar el resultado con tachones.

- El pelo. Da igual que hace mil años que no hayas ido a la peluquería. La cuestión es ¿lo llevas teñido?. Ni que decir, que te niegues a ir una peluquería que no sea la habitual.

- La impuntualidad. Creo que es uno de los pequeños detalles que menos soporto, tal vez sea porque he adquirido la maldita costumbre de llegar tarde a todos los sitios. Los que nos incluimos en este grupo, creemos que nuestro tiempo es más valioso que el de los demás.

- No es lo mismo fumar Lucky Strike que Fortuna. Si fumas Fortuna seguramente serás de Madrid, Lucky pertenece a Euskadi. Aquí generalizo, no vaya a ser que recaigan sobre mi excesivas críticas. No deseo introducirme en otro tipo de sustancias.

- Beber el cubata en vaso ancho o tubo. A mi, lo segundo me parece una falta de respeto a la noche y a la diversión en general, pero para gustos los colores. Respecto a este aspecto, simplemente me limitaré a decir que en Alemania los cubatas se beben sin hielo.

- Pintarse las uñas. No es lo mismo elegir un rojo pasión o una tonalidad blanca.

- Preferir Hospital Central a Urgencias. Esto debería de ser delito.

- Llevar lentillas de color.

- Preferir el metro al autobús.

(... )

No es cuestión de aburrir a nadie. Menos de ofender. Tan solo se reducen a simples valoraciones de una tarde de agonía estudiantil.