La vergüenza del TAV

Euskadi representa muchas cosas, entre ellas sin duda, un paisaje plobado por montañas, valles y mar. Un territorio que con el paso del tiempo ha compatibilizado lo rural con la modernidad y el urbanismo; el Kursaal en San Sebastián, el Guggenheim en Bilbao y el desconocido Artium en Vitoria. Describir lo que representa el País Vasco implica remitirse a una cultura plagada de diversidad como la gastronomía, las costumbres y por supuesto, ese inusual idioma, que es el euskera.

Uno de los grandes problemas que existen en esta zona es el de las comunicaciones entre los pueblos. Existen muchos otros y muchos más graves, pero en este mismo momento no son objeto de este artículo, quizá lo sean en el futuro. El transporte se complica, debido al paisaje que he mencionado. Lo que es bonito para la vista es un obstáculo para el desarrollo económico y tecnológico: infinidad de puertos que atraviesan montañas, donde la naturaleza exige tiempo y paciencia. La circulación de mercancías se dificulta y este hecho parece enojar a los grandes empresarios del País Vasco.

Las últimas construcciones de autopistas de los últimos tiempos no han respondido adecuadamente a la demanda de rapidez e inmediatez que el desarrollo económico y el nuevo modelo de vida exigen. A través de ellas no se posibilita cruzar toda la comunidad autónoma en tan solo media hora. Los habitantes de pueblos como los de Aretxabaleta, Eskoriatza o Arrasate se han acostumbrado(con resignación) a ver cómo puentes azules de nuevas autopista invaden sus vistas en un paisaje que hasta hace bien poco podía ser motivo de orgullo.

El problema no acaba aquí, sino que va mucho más allá. Me refiero a la denominada "Y Vasca", una nueva infraestructura que unirá Vitoria, Bilbao y San Sebastián. Se sumará a la red de transporte de alta velocidad de Europa y se conseguirá eficiencia, ahorro de tiempo y una gestionada circulación de bienes y personas. Sobre todo de personas.

Si uno observa la página web creada para promocionar dicho transporte, se dará cuenta de que se publicita como un medio que unirá el País Vasco entre si y con el resto del mundo: "Bilbao a tan solo 6 horas de Londres", es tan solo un ejemplo. En este página y desde la Lehendakaritza de Patxi López, se dice que el Tren de Alta Velocidad (TAV) aportará a Euskadi a través de 443 km de túnel:eficiencia energética, menor ocupación del suelo, respeto ambiental e integración paisajística. Beneficios que a día de hoy paradójicamente no se observan, sino que resulta que se construye de tal manera que determinadas montañas han empezado a derrumbarse, un hecho insólito e impropio de una naturaleza que hasta ahora no había dado signos tan alarmantes de resignación ante la necesitada inmediatez y rapidez de los transportes.

Uno de los tramos que atraviesa el TAV es el de Mondragón (Arrasate en euskera). Este pueblo cuenta con numerosos barrios que se ubican a las afueras. Barrios como el de Garagartza han visto cómo su tranquilidad es alterada por la construcción del TAV. Vecinos del municipio de Aramaiona (ubicado en la provincia de Álava pero a un paso de Mondragón) se han visto más perjudicados cuando la carretera que les unía con Arrasate ha tenido que ser cortada, debido al estropicio que han efectuado en la fase de construcción, dañando el monte por el que debían atravesar y provocando su derrumbamiento. No solo eso, sino que desde hace algún tiempo y hasta diciembre se ven obligados a circular por una carretera que provoca al menos un accidente diario.

Las voces de ecologistas y de asociaciones de "AHT ez" (no al TAV)se ven acalladas por propraganda política y por el silencio de los medios de comunicación, que no recogen los beneficios que ha empezado a aportar este nuevo modelo de transporte en Esukadi y no denuncian los efectos dañinos que provocan. Lo cierto es que el TAV se destinará al transporte de personas,ya que une grandes ciudades entre si (Astigarraga ubicada en San Sebastián, Bilbao y Vitoria)y no efectúa parada a lo largo de su recorrido. Personas que deben de tener un gran poder adquisitivo, puesto que el precio de billete no será barato, ya que implícitamente se presenta cómo una forma de competir con los numerosos aeropuertos con los que cuenta ya Euskadi.

La advertencia que han arrojado estos colectivos silenciados empieza a cumplirse. El medio rural sufrirá "una proliferación de grandes desmontes, terraplenes, viaductos, montañas de escombros y una ingente cantidad de hormigón de canteras". En Aramaiona han comenzado las fatales consecuencias del TAV.

Desde mi punto de vista, el Tren de Alta Velocidad es innecesario en Euskadi. Contamos con carreteras suficientes para que personas y bienes circulen. Tenemos aeropuertos con los que unirnos al resto del mundo. Pero sobre todo, nacemos con la responsabilidad de respetar un medio rural y una naturaleza que forma parte de nuestra vida cotidiana y que influye en nuestra manera de vivir. Ese respeto se quebra en el mismo momento en el que no se escucha a una ciudadanía que ya se encuentra dividida por razones que no vienen al caso y que separa aún más.

El Gobierno de Patxi López, en vez de hacer oídos sordos, debería de abrir los ojos, asomarse por Aramaiona y comprobar lo que en realidad sucede. Ahora mismo, parece estar demasiado ocupado dándole la mano a Ministro de Fomento, en vez de derogar un plan que por si mismo atenta contra toda Euskadi.