Estancias

Con la colaboración de Laura Seoane* 

Textos y fotos J.M/ L.S

¡Fragmentar tu pensamiento, atraer tu atención y obligarte a participar en él! 

¡Anímate! ¡La vida son cuatro días y hay que divertirse! 

Instrucciones: El objetivo de este juego consiste en marear al lector. Un primer texto expone determinados hechos (bastante insensatos). En él y a partir de él, el lector debe descubrir los dos textos restantes, cada uno de ellos le mostrará un desenlace diferente de los hechos, así como imágenes que aportan datos a la narración. Las autoras de este ejercicio le regalamos el final.

¡Juguemos! 

En contra del estado natural del mundo de los hechos que te somete a agonías post etílicas, 

paseas por un lugar que bien podría asemejarse al fin del mundo.

     Tus pisadas resuenan sobre el sendero asfaltado. 

     A un lado, las praderas. 

     Al otro, un gigantesco pantano que rebosa agua y serenidad.

Optas por las praderas minuciosamente colocadas en cuesta. 

Desenfocas la vista y compruebas la inmensidad de la montaña, 

     de nombre desconocido, 

        cuyos costados, una manada de pinos frescos se empeña en cubrir. 

Fijas la atención en ellas; las praderas. Las margaritas saludan sonrientes y el viento ondea la hierba. Ha crecido muchísimo, debe ser que el sol de los últimos días se alía con las lluvias de tiempos pasados. 

La imagen es tranquila; aporta quietud e intensidad emocional. Las vallas separan las praderas entre sí. Sería deseable la inexistencia de barreras para acceder libremente a cada una de las estancias que se perfilan; las estancias de las maravillas. 

Acudirías a ellas, 

te sentarías en ellas 

y te dejarías arrastrar por la hierba recién cortada. 

En compañía mutua, observarías el reposar del pantano, 

   sus burbujas invisibles,

   su delicadeza a la hora de contener el agua. 

De repente, un plástico arañado en las zarzas metálicas de la valla, llama tu atención. 

No comprendes cuál es su función en este mundo 
  el de las estancias maravillosas, 
      las margaritas sonrientes 
   y las alfombras de pinos ardientes. 

Lágrimas persistentes y palabras invisibles

Cajones, basura, plastiquillo 

Oscilar a través de submundos

*A Laura Seoane: le gustan las palabras; leerlas, escucharlas y escribirlas. Le gusta discutir con las personas y después, compartir una cerveza con ellas. También le gusta que Josune le proponga relatos, por supuesto, para aceptarlos.